Está comprobado que los padres/madres, la familia puede influir considerablemente en los comportamientos de actividad física de los niños/niñas a través de su participación directa y el modelado de conductas. Además, la colaboración entre el hogar y la escuela puede ser una buena estrategia para maximizar el desarrollo de los escolares, ya que tanto la familia como el profesorado tienen sus propias áreas de experiencia en el aprendizaje de los hijos/hijas. Involucrar a la familia en el proceso de aprendizaje de la educación física puede mejorar la alfabetización de la actividad física de los escolares.