Cuerpos en forma, cerebros más sanos
¿Son diferentes la estructura y la función del cerebro en las personas que están más en forma que en las que no lo están? La respuesta es sí, hay investigaciones consolidadas que respaldan la idea de que la actividad física regular es responsable de importantes cambios estructurales en el cerebro, y esto puede observarse en personas que tienen diferentes niveles de condición física.
La actividad física regular afecta a la función cerebral a nivel celular, sistémico y de comportamiento. La actividad física es fundamental para el desarrollo saludable del cerebro, lo que puede conducir a mejores resultados académicos y de aprendizaje en los niños. Por ejemplo, los niños/as que son activos durante tan sólo 20 minutos al día obtienen mejores puntuaciones en los exámenes 2, la atención 3 y tienen cerebros más activos en general 3 en comparación con los niños/as menos activos físicamente. Los beneficios de la actividad física para el desarrollo cognitivo son evidentes desde el principio de la vida (por ejemplo, desde el nacimiento hasta los 5 años de edad) 4. Se ha demostrado que no moverse lo suficiente influye negativamente en la salud del cerebro, contrarrestando los beneficios que normalmente se obtienen al realizar actividad física 5.
De hecho, no todo el tiempo de sedentarismo es igual; una reciente revisión sistemática descubrió que, aunque la lectura es beneficiosa para el desarrollo cognitivo en la primera infancia (es decir, desde el nacimiento hasta los 5 años), el tiempo de pantalla no lo es6.
Sabemos que la actividad física aumenta la saturación de oxígeno en sangre 7 y la angiogénesis 8 en las áreas cerebrales responsables del rendimiento de las pruebas. Más concretamente, en varios estudios se han observado los efectos positivos de la actividad física en las áreas cerebrales del córtex prefrontal y el hipocampo 9-11. Incluso se ha visto que la arquitectura molecular y el comportamiento de los ganglios basales están directamente influenciados por la actividad física 12. En un reciente meta-análisis sobre la actividad física de los niños/as, el rendimiento académico y la función cognitiva, se descubrió que 13 de 20 intervenciones de actividad física tenían efectos significativos y positivos sobre el rendimiento académico 13. De hecho, existe una fuerte conexión entre la mente y el cuerpo, ya que un cuerpo más en forma crea el entorno para que un cerebro se desarrolle de forma más saludable 14.
Los autores de FitBack 15-20 y otros 21-26 han demostrado una relación positiva de la condición física cardiorrespiratoria con los resultados conductuales y cerebrales en los jóvenes. A nivel conductual, las diferentes pruebas de condición física (es decir, la batería ALPHA-fitness 27) incluidas en el proyecto FitBack han demostrado estar positivamente relacionadas con un mejor rendimiento cognitivo, un mejor funcionamiento ejecutivo, una mejor inteligencia y un mejor rendimiento académico 17,19. A nivel estructural del cerebro, se ha comprobado que, mientras que la capacidad cardiorrespiratoria se relaciona principalmente con la materia gris (es decir, el volumen cortical y subcortical total y regional, y el grosor cortical) 28,29, la fuerza muscular se relaciona selectivamente con el volumen y la integridad de la materia blanca) 30,31. Además, la capacidad cardiorrespiratoria está relacionada con la conectividad funcional en estado de reposo entre las subregiones del hipocampo y las regiones frontales 1.
En resumen, los niños/as con mayor nivel de condición física tienen cerebros más sanos. Así lo ilustra un estudio del proyecto ActiveBrains, que ha demostrado por primera vez que los jóvenes con mejor nivel de condición física tienen cerebros más grandes 18, como se muestra en la siguiente infografía.